viernes, 3 de octubre de 2008

LA DESTRUCCIÓN DE LA URSS


La URSS es la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que fue destruida por el engaño y la traición de los enemigos de Rusia y sus valedores extranjeros en agosto de 1991.

¿Es posible, una vez concluido el acuerdo germano-soviético, seguir considerando a la URSS como un estado obrero?

Bueno tenemos ante nosotros el primer caso histórico de estado obrero, nadie se ha podido imaginar como fue exactamente este fenómeno. Además el problema del carácter social de la URSS no es lo único que podriamos apresiar, si no además nos damos cuenta que este fue reemplazado. Esto no significa nada, sin embargoesperan que se rompa: por el contrario, la reafirma, en su aspecto negativo.

Este hecho nos demuestra que debemos luchar para poder construir un verdadero camino revolucionado, y no abortar los problemas que se presentaron a lo largo de esta historia, y como algunas veces sucede, todo lo que se perdio en ese tiempo se puede recuperar y mejorar en los años que quedan....

La URSS fue y siguira siendo considerada por la norma del estado obrero, porque en esta se demuestra claramente los elementos del estado obrero que en el momento actual puede salvarse, perservarse e incluso desarrollarse en todo nuestro continente.


"En agosto de 1991 mediante el engaño y la traición de los enemigos de Rusia y sus valedores extranjeros, fue destruida la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Fue prohibido el Partido Comunista de la Unión Soviética.
Han pasado los años, y se han disipado como el humo las innumerables promesas, se han perdido las esperanzas en la vida desahogada y despreocupada que prometían los agudos conocedores de los valores humanos. No sabemos donde se han metido los dos “Volga” que nos prometía Chubais gracias a las privatizaciones de fábricas y empresas. Como una pompa de jabón, después de que los trabajadores viesen como sus ahorros perdían todo su valor, se evaporaron las primeras inversiones del incipiente mundo de los negocios ruso durante el periodo de devaluaciones. La educación y la sanidad gratuitas, no son ya sino un grato recuerdo en la memoria de la gente. Han sido liquidadas las conquistas sociales logradas durante el Poder Soviético, a base de sudor y sangre. La carestía de la vida, el irrefrenable aumento de los precios y de las tarifas, junto a los salarios de miseria, se han convertido en algo tan cotidiano, como el equipo de reformadores, salidos del mismo mimbre, que mucho hablan de la mítica bajada de la inflación, pero nada de la grandeza y florecimiento de nuestro país, ni de una vida digna para los ciudadanos de Rusia.
Pero si las promesas de los “reformadores” no pasaron de ser un farol, por desgracia las advertencias de los comunistas rusos se cumplieron totalmente.

A marchas aceleradas se están vendiendo nuestros recursos naturales y nuestra tierra. Y todas estas “conquistas” las corona el genocidio del pueblo ruso, que ha pagado con nueve millones de vidas de sus hijos e hijas, la reforma de Rusia.
Hoy, según los estudios sociológicos, la mayoría de los que han sobrevivido a este periodo de marasmo, no irían a defender la “Casa Blanca”, como hicieron en agosto 1991.
En estas condiciones, nosotros, los comunistas rusos declaramos que ha llegado el momento de exigir responsabilidades, uno a uno, a todos los que han estado engañando al pueblo todo este tiempo, a los que de manera ilegal, se han apropiado de las riquezas del país: fábricas, minas, yacimientos, explotaciones, creadas con el esfuerzo de generaciones de soviéticos.

Modelo de coche de fabricación soviética, utilizado habitualmente como vehículo oficial. En julio de 1991, el actual Sec.Gral. del PCFR Guennadi Ziuganov, firmó --junto con otros líderes del partido (Projanov, Varenikov, Gromov, Rasputin, Starodubtsev) opuestos por aquel entonces a la deriva ideológica del PCUS-- un llamamiento bajo el título de “Qué hable el pueblo”, publicado el 28 de julio en el diario “Sovietskaya Rossia”. El comunicado leído por los miembros del Comité de Salvación, el 19 de agosto, recordaba mucho ese llamamiento. En 1991 defender la “Casa Blanca” (así se denomina coloquialmente al edificio que albergaba la sede del Soviet Supremo de la Federación Rusa) significaba ponerse del lado de Boris Yeltsin"

1 comentario:

jorge iván waghorn pérez dijo...

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